Investigar es un proceso que crea conocimiento, el conocimiento nos es útil a los seres humanos para vivir mejor y para ser mejores seres humanos. Esto nos lleva a pensar que la investigación puede ser una capacidad innata del ser humano que con los años se limita, se cercena, se elimina. Un niño indaga, pregunta, duda, busca, arma caminos para descubrir. El sistema educativo limita su capacidad de asombro y lo encasilla en cómo hay que estudiar, hasta que investigar se vuelve sinónimo de copiar y pegar de internet.
Realizar un proceso de investigación para responder a una pregunta o para resolver un problema de la realidad, como en este proceso del doctorado, se convierte en retroceso a ese niño indagador; claro que ahora de la mano del método científico. Y es importante mencionar que hay otras maneras válidas también para hacer investigación y para crear conocimiento.
Wainerman (2004), en su obra La Trastienda de la Investigación, menciona 11 errores comunes en los que caen los investigadores. La lectura del texto, además de convertirse en una buena fuente de consulta, permite evaluar qué tantos errores se han cometido o se pueden estar cometiendo en este proceso de investigación.
Muchos de los errores mencionados por la autora están relacionados con el planteamiento de los objetivos: objetivos muy amplios, los objetivos específicos no aportan al objetivo general, objetivos específicos que son pasos para llegar al objetivo general; otros errores están relacionados con la pregunta problema, la falta de datos, el marco teórico y su relación con el diseño metodológico, la secuencia del pensamiento, etc.
Al hacer una revisión de los errores cometidos debo decir que es necesario regresar sobre los objetivos. Una cosa es lo que uno desea, pero la vida no le alcanza, o es inviable, y otra cosa es la que se puede. Hasta el momento tengo un serio problema con el acceso a los datos, pensar en recolectar de cero datos, en el mundo de la educación pública, no es sencillo. Y es necesario revisar la correspondencia entre marco teórico y diseño metodológico.
Debo decir que uno de los errores más cruciales es que el sistema educativo no enseña a investigar, y tomar el papel de investigador requiere un cambio de chip, requiere pasar del consumo a la creación y/o reflexión de conocimiento. Este error de sistema trae consecuencias. El tiempo que se requiere para implementar en el desarrollo de una investigación se duplica, al igual que los esfuerzos.
En el proceso del doctorado que desarrollo he caído en un error: el día a día se va en realizar lecturas, realizar trabajos, y cumplir con tareas para evitar reprobar asignaturas. Qué bueno sería poder tener el espacio de tiempo para estar dedicado 100% al proyecto de investigación. ¿Hay tiempo para ello una vez terminen los seminarios? La investigación se convierte en la entrega de tareas para asignaturas y no puede ser así.
Claro, de los errores se aprende. El objetivo se ha venido puliendo en cada revisión, el método de investigación, y en general el planteamiento del problema. Ahora es el turno para la construcción del marco teórico, aspecto fundamental en el proceso de investigación. Cuento con un listado de temas y una selección de literatura de por lo menos 70 fuentes primarias, la mayoría de ellas. ¿En qué momento estaré dedicado a la lectura, selección, y estructuración del marco teórico? En este momento debo dedicar tiempo a la construcción de una presentación para explicar cómo hacer el marco teórico, ¿No sería más provecho iniciar su elaboración?
Otro error en el que sospecho he caído, es la búsqueda de la selección de las fuentes. Mi intuición me dice que debe haber algo más, mejores bases de datos, mejores fuentes, mejores referentes. ¿Es un error de búsqueda? En la gran red de internet me siento perdido, en muchos casos.
El proceso sigue. Debo decir que este proceso de investigación ha enriquecido mi ejercicio docente y mi ejercicio como investigador. No es fácil tomar un rol para el que la educación superior en pregado no prepara. Bien dice Wainerman (2004) y Hernández, Fernández-Collado, & Baptista (2010), a investigar se aprende investigando. No hay otra manera. Qué importante es el apoyo y la orientación de un maestro en la materia. Uno quisiera que fuera más rápido, pero la investigación se toma su tiempo.
Investigar es una forma de vida. Dejar de consumir información para pasar a crear conocimiento es algo para lo que no estamos formados. En buena hora por este proceso. Más retos se vienen. Esperemos que sean menos tareas y más oportunidades de construir conocimiento dirigido.
Referencias
Hernandez, R., Fernandez-Collado, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la Investigación (4.a ed.). México: McGraw Hill.
Wainerman, C. (2004). Errores comunes en la formulación de investigaciones sociales. Catalina Wainerman y Ruth Sautu | Taller. En La Trastienda de la Investigación. Buenos Aires, Argentina: Lumiere. Recuperado a partir de http://fcpolit.unr.edu.ar/blogs/taller/2014/10/22/errores-comunes-en-la-formulacion-de-investigaciones-sociales-catalina-wainerman-y-ruth-sautu/