El siglo XXI ha generado grandes cambios sociales y ha presentado nuevos retos a los maestros. Si en realidad se quiere responder a las necesidades de la sociedad se requiere que el maestro asuma nuevos roles dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje.
El punto de partida debe ser la concepción misma del proceso de enseñanza – aprendizaje, o como dice Jarrín Jaramillo (2012), el proceso de enseñanza –aprendizaje-asimilación y transformación (EAAT). Durante el siglo XIX se entendió como un proceso en una sola vía, conductista, pasivo; hoy, gracias a trabajos en psicología educativa como los de Piaget (1969), sabemos que se aprende mediante la construcción del conocimiento, en un entorno participativo, y sumamente activo.
Entendiendo la educación como un proceso constructivo es necesario reconocer el EAAT como un proceso proyectual, es decir, el EAAT se debe planificar: diseñar, ejecutar, y evaluar. La sociedad del siglo XXI exige del docente planificación del proceso educativo en donde incluya nuevos modelos, nuevas herramientas, nuevas formas de evaluación, y currículos ajustados a las necesidades (Díaz-Barriga, 2010).
En este proceso de planificación (Rueda, 2011), el maestro debe tener competencias gerenciales (aunque la palabra sea horrible), no desde un punto empresarial, sino desde un punto cognitivo; competencias que le permitan identificar en cada estudiante sus fortalezas y sus debilidades. Con estos insumos, el maestro debe estar en la capacidad de diseñar nuevas oportunidades y experiencias de aprendizaje que permitan construir el conocimiento a tal punto que el estudiante pueda transformar su realidad y encontrarle significado al aprendizaje.
En primer lugar, el maestro debe tener un rol activo; en segundo lugar, debe ser asertivo en su expresión comunicativa; en tercer lugar, debe ser democrático para que el poder que el activismo le brinda no lo convierta en un dictador; en cuarto lugar, debe ajustar el currículo, la didáctica, y la evaluación a sus estudiantes (Jarrín Jaramillo, 2012); en quinto lugar, el maestro debe aprender a vivir dentro del sistema, y lograr trasformar el aula, superado la administración y la política.
En nuestro contexto, es muy usual, que las decisiones políticas tengan un mayor impacto sobre la pedagogía, que, al contrario. Un cambio de horario, un cambio de docentes, una extensión de la jornada, un recorte de horas, un cambio de salón, un cambio de herramientas, afecta el cómo de la clase. Los cambios pedagógicos pocas veces afectan la institución, solo cuando los cambios generan resultados muy positivos, y la institución sobre sale; o cuando los cambios generales resultados muy negativos, y la institución se viene abajo.
Un proyecto educativo se fe afectado, positivamente o negativamente, cuando se dan cambios en los dos ámbitos. En este punto se requiere del docente gerente que entienda las circunstancias y que pueda planear correctamente un plan educativo. Igualmente se requiere de gerentes docentes que entiendan que cualquier decisión de escritorio puede afectar el aula de clase, y el proceso EAAT.
Es importante mencionar que existen nuevas formas de desarrollar el proceso EAAT alejado de la institución y centrado más en un proyecto pedagógico. Las nuevas modalidades de educación autónoma mediada por TIC apuntan a ello. El sistema educativo es el responsable que la calidad de la educación sea vista como un elemento cuantitativo, medible en números, y que genere competición para premiar y castigar.
El modelo tradicional de educación ha tenido tanto impacto en la educación que las instituciones son tradicionales, y los proyectos educativos son tradicionales; responden a necesidades del siglo XIX, aunque estemos en el siglo XXI. El cambio se puede generar dentro del aula de clase, desde el currículo, desde la pedagogía, desde la didáctica, desde la evaluación.
El maestro juego un papel de arquitecto en edificio llamado EAAT; los estudiantes, durante su proceso de aprendizaje, son el edificio mismo.
El maestro debe liderar, pero liderar de distintas maneras. Aquí un claro ejemplo y una lección de liderazgo desde la música:
Referencias
Díaz-Barriga, A. (2010). Los profesores ante las innovaciones curriculares. Revista Iberoamericana de Educación Superior, I(1), 37-57.
Jarrín Jaramillo, F. (2012). El docente como gerente en la calidad del aprendizaje y trabajo en equipo. Daena: International Journal of Good Conscience., 7(2), 61-72.
Piaget, J. (1969). Psicología y Pedagogía.
Rueda Beltrán, M. (2011). La investigación sobre la planeación educativa. Perfiles Educativos, XXXIII(131), 3-6.