Educar para aprobar una prueba es un error. La educación es un proceso de construcción del ser humano, debe ser un proceso, sobre todo humano. Enfocar la educación en el resultado de una prueba nacional, como SABER, o internacional como PISA, es dejar de lado la humanidad misma del proceso educativo.
Inicia el 2017. Tenemos dos semanas institucionales. Las directivas del colegio del que hago parte nos han entregado la Caja de Materiales Siempre Día E, versión 2016. La intención final es subir en Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), en palabras más sencillas que a los estudiantes le vaya bien en las pruebas SABER (en todas las que presentan 3, 5, 9, 11, universidad), y sobre todo que les vaya bien en PISA.
La importancia del PISA no es el desarrollo educativo del país, es el ingreso de este a la OCDE. Un asunto político y económico. Con esto queda demostrado que la educación vuelve a ser una rueda más dentro del engranaje político y económico del país. Eso en un país como Colombia termina siendo más corrupción, más pobreza. Todo resultado de los procesos de globalización.
La estrategia Siempre Día E busca que los estudiantes mejoren su aprendizaje para que lo puedan evidenciar en las pruebas SABER, no para que vivan mejor. Como no los resultados son
tan malos, por los menos en nuestra institución, la propuesta de solución es mejorar el currículo. Para ello se debe revisar, a partir del resultado de las pruebas SABER institucionales, el plan de área, el plan de asignatura, y el plan de aula, o el planeador.
En la propuesta, la tarea del docente se debe centrar en trabajar aquellas competencias que los estudiantes no han podido desarrollar. Esto se debe hacer a partir de los lineamientos dados por el Ministerio de Educación: Estándares, Derechos Básicos de Aprendizaje, Matrices de Referencia, y Orientaciones Pedagógicas; y el resultado de las pruebas SABER.
En resumen: ¿Qué les preguntan en las pruebas?, ¿en qué están mal?, eso es lo que debo enseñar, eso es lo que deben aprender. Si al final del año el ISCE mejora, es posible que nos pagen un sueldo más, esa es la motivación del Estado a los docentes. Y los estudiantes, tendrán la oportunidad de tener un buen resultado en las pruebas SABER.
Algunas preguntas ¿Dónde queda la libertad de cátedra? ¿Dónde queda el interés del estudiante? ¿Dónde queda el problema real que rodea al estudiante y que la escuela debería ayudar a resolver? ¿Dónde quedan las artes como la pintura, la música, el teatro, las danzas? ¿Dónde queda la tecnología, la educación física, el emprendimiento? ¿La educación debe girar en torno al resultado de las pruebas de Estado? ¿Dónde queda eso de que el estudiante es el protagonista de su proceso educativo?
La educación del siglo XIX se enfocó en generar mano de obra unificada, que pensara lo mismo, que no criticara, que fuera obediente. Ahora, en el siglo XXI, en el contexto de la sociedad de la información, hacemos lo mismo: preparamos estudiantes para que respondan correctamente pruebas nacionales e internacionales. ¿Y la vida? ¿Y el humanismo?
John Anzola
Enero 11 de 2017