Marketing y Educación

Comparto en esta entrada algunas conclusiones someras sobre el marketing y la educación.

En el material de estudio citan a Michael Miller para mencionar la definición de Marketing: «acción de presentar algo a alguien». Citan a Keith Weed: «El marketing es una combinación de arte, ciencia, causa, efecto, magia y lógica».

Las dos definiciones mencionadas me llevan a pensar que el proceso educativo bien podría tomar elementos del marketing. El proceso educativo  consiste en presentar algo a alguien con fines diferentes al comercial, pero quienes son docentes saben que la educación tiene mucho que ver con motivación, con persuasión, con venta. La educación también tiene que ver con arte, con ciencia, con causa y efecto, con mucha magia y aveces con menos lógica.

La educación puede recoger elementos del marketiing.

El marketing ha evolucionado, y para no mencionar todos los elementos, basta con decir que ahora está centrado en hacer de este mundo un mundo mejor, de implementar las TIC, de formar un ser humano integral, con mente, corazón y espíritu; y desarrolla procesos de interacción en comunidad.  Estos mismo elementos están presentes en la educación.

Si las relaciones mercantiles están cambiando por la comunicación, la educación más. Es necesario replantear el modelo de comunicación en el aula. En el siglo XXI los estudiantes son sujetos activos de la clase de opinan, critican, comparten, rechazan, etc. mediante la red. La red, en la educación al igual que en el marketing, se ha convertido en un entorno de interacción, de distribución, y también es un medio de comunicación.

En marketing producto y cliente retoman su protagonismo activo gracias a la red. En la educación las competencias y el estudiante son los protagonistas.

Si las empresas deben ajustarse a los nuevos modelos de marketing digital, también lo debe hacer la educación. El docente tiene un llamado de urgencia a transformar sus prácticas educativas, de lo contrario el cambio que vivimos lo absorberá y terminará siendo una reliquia de museo.

John Anzola