¿Qué supone para un profesor, analizar la educación y la enseñanza como proceso de comunicación?
Freire afirma que la pedagogía es la tarea de “ayudar al hombre a ser hombre” (J.M. Fernández). Savater dirá que el ser humano “consiste en tener relaciones con los otros seres humanos” (Savater 1991). En ninguna de las dos aproximaciones es posible separar al individuo y su relación con sus semejantes. Dicha relación se da únicamente por la comunicación.
Educar es comunicar. No se puede dar la primera sin la segunda. Siempre que enseñamos, comunicamos. Reflexionar en torno a la educación y a la comunicación implica:
· Evaluar el concepto de comunicación. Comunicar puede entenderse como transmitir información o como construir conocimiento con un interlocutor. La escuela tradicional caracteriza al maestro como un banco de conocimiento y dicha definición está lejos del proceso de la comunicación y ubica la educación como un proceso de transmisión información.
· Evaluar y replantear un modelo de comunicación especial para el aula.
· Replantear el rol de los interlocutores. Para que se dé el proceso enseñanza-aprendizaje (y comunicación) es necesario de dos interlocutores válidos: docente – estudiante. Los nuevos modelos comunicativos identifican al estudiante como un interlocutor igual de válido al docente.
· Generar contextos comunicativos eficaces que le permitan no solo transmitir sino construir conocimiento.
· Reevaluar el modelo de comunicación utilizado por nuestros profesores para nuestro aprendizaje. Hoy, el modelo que debemos utilizar hoy como docentes debe ser completamente diferente al utilizado con nosotros.
· Transformar el modelo de comunicación de acuerdo con el contexto en el que nos encontremos.
· Evaluar relaciones de poder a partir de la condensación del conocimiento por parte del docente.
· Dejar de creer que el docente es un personaje que todo lo sabe, que está pasando información a un grupo de estudiante que poco o nada sabe.
· Identificar la docencia con la construcción de conocimiento y no como un espacio de control de un individuo poderoso (docente) con unos subordinados (estudiantes).
· Generar caminos comunicativos democráticos dentro del salón de clase.
John Anzola.